5.

Y escribí un poema largo para hablar de tus ojos

y de cómo te olvidaba una tarde de noviembre observando la lluvia

cortar a la ciudad en varios aluviones;

y también, fui dónde una virgen de metal

a conjurar por la desaparición definitiva de mis manos;

y conseguí que me atendiera el señor que la limpiaba

o recogía las monedas de la tarde,

y a ese señor le deje un poema largo que hablaba de tus ojos

y de cómo te olvidaba una tarde frente a una virgen de metal,

escuchando a Coldplay mientras cruzaba la avenida…

y no te sentí llegar.

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